sábado, 8 de marzo de 2014

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA


Jesús nos muestra los medios para vencer al enemigo:


“Vigilad y orad para no caer en la tentación” Mt 26, 4.
Lo primero que nos muestra Cristo es que la tentación no tiene nada de malo en sí misma. Hay una diferencia grandísima entre sentir la tentación y aceptar la tentación. Podemos sentir todas las tentaciones del mundo, pero si no las aceptamos no hay problema. Además, si las rechazamos por amor a Dios, la tentación se convierte en un momento valiosísimo. Podemos demostrarle que le preferimos a Él antes que a nosotros mismos.
Jesús vence las tentaciones del demonio porque prefería vivir la voluntad del Padre antes que la suya, porque buscaba la gloria del Padre sobre la suya, porque ponía los planes de Dios antes que los suyos.



 

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