sábado, 24 de enero de 2015

III SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO.


El evangelio de San Marcos nos hace reflexionar dos aspectos importantes:
En la primera parte Jesús, al enterarse de que Juan el Bautista había sido entregado en manos de Herodes Antipas, dejó Judea y marchó a Galilea, donde proclamaba la Buena Nueva de Dios, diciendo: «Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva».En estas palabras se describe, el Reino de Dios, exige de los hombres una conversión total del pensar y querer, y fe. Conversión y fe forman en conjunto un solo acto, una determinada posición religiosa del hombre ante Dios. Todo esto es lo que debemos considerar “con los ojos y el corazón de la Virgen María” mientras contemplamos el tercer misterio luminoso del Santo Rosario: “El anuncio del Reino y el llamado a la conversión”.

La segunda parte del Evangelio de hoy relata la vocación de los primeros cuatro discípulos de Jesús. “ Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres” Ellos recibieron la llamada de Jesús como un Evangelio. Se deduce del resultado: “dejándolo todo lo siguieron”. Debemos observar dos circunstancias. Los primeros discípulos de Jesús “eran pescadores”. Tenían esta noble profesión, pero al presentarse Jesús en sus vidas y llamarlos, “dejaron las redes”, es decir, cambiaron de vida. Debemos observar también que eran dos pares de hermanos: Simón y Andrés eran hermanos, Santiago y Juan eran hermanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario