lunes, 26 de septiembre de 2016

SEGUNDO DÍA DE NOVENA A FRANCISCO: "Francisco y la Oración"

Francisco  a través de su vida diaria siempre oraba y esto se puede apreciar en momentos importantes como en la ermita de San Damián, ahí Cristo le habla; en el monte Alvernia donde recibe las llagas y compuso las alabanzas al Dios Altísimo, además en Greccio representando el primer pesebre viviente.

  Es interesante hacer notar que Francisco se preocupaba por preservar el espíritu de oración, por ello cuando escribe a San Antonio concediéndole permiso para enseñar la sagrada teología a los hermanos le pide que el estudio de esta debe ser  hecho de modo que no “apague el espíritu de la santa oración y devoción.”

La oración era para Francisco la respuesta natural a la presencia de Dios en su vida, ella deja de ser un deber u obligación y se transforma más bien en el modo en el que “vivimos, nos movemos y somos” (Hch 17,28).

Una dificultad notable para la vida de oración en nuestro mundo actual es la falta de tiempo. Por ello Francisco propuso tres libros de oración a sus primeros seguidores: El Evangelio, la cruz y la naturaleza.
Quizás nosotros también necesitemos aprender a leer de verdad estos libros.
Por desgracia no estamos acostumbrados a hacer un alto para descubrir el sentido verdadero y esencial de las cosas que nos rodean.
Estamos ocupados y ansiosos acerca de muchas cosas,  la misma observación que Jesús hizo a Marta hace tantísimos años (cfr. Lc 10) y muchas veces nos sentimos arrastrados en direcciones opuestas. A esto Francisco propone una simple solución: orar siempre.




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